El nuevo trabajo de Nena Daconte es una colección de momentos con un hilo conductor, la suerte… En minúscula, por respeto a la palabra, y con puntos suspensivos, a la espera de saber cómo ésta nos responde… Y es que, la suerte es una moneda de doble cara, puede ser buena o mala, pero ¡siempre! una energía que todos sentimos, con la que todos nos identificamos. Nos conecta con lo real y lo divino, con la magia de los acontecimientos, con el azar de las casualidades. Está con todos y en todo. Pululando cerca del éxito, en el trabajo o en el amor… La suerte es algo personal y, a la vez, universal; como las canciones de Mai, tan íntimas, frágiles e introspectivas, pero siempre conectando, seduciendo, enamorando…
La esencia en sus letras, la desnudez de los arreglos, su particular voz y unas melodías pop que sólo ella sabe construir y que se instalan en la cabeza, como himnos que parece que hayamos cantado desde siempre. Y justo eso es suerte… ¡Nena Daconte en estado puro! Un quinto trabajo que se publica tal cual surge, sin ataduras, corto, íntimo y muy personal. Mai vuelve a controlar su carrera a todo nivel, a su ritmo, sin tiempos marcados, sin guiones preestablecidos.
Regresando a la escena musical de nuestro país de esa manera, acompañada de su equipo de siempre y rodeada de creativos de otras disciplinas, el nuevo trabajo es algo más que un disco, algo más que temas, pues será una historia en la que conectará textos, ilustraciones y vídeos a cada una de las canciones que componen el álbum; abriendo el rumbo a nuevos momentos, próximos nuevos discos, canciones aisladas complementarias, directos especiales, nuevas formas de dialogar con el público y discos que no son discos…
La historia tras este nuevo trabajo se gesta a dos años vista. Nena Daconte nació en la Ciudad Condal y, a la vista de sus fotos en redes, la conexión con Barcelona volvía a estar presente; recuperaba a su manager y director creativo de siempre y, tras cerrar su etapa con Universal, volvía a la autogestión produciendo y financiando completamente su trabajo. A los mandos del audio, también nos adelantaba que contaría con la producción musical del trepidante multi instrumentalista Paco Salazar, con el que ya había girado años atrás.
Antes del último single, ‘La Llama’, previo a la salida del disco; Nena Daconte ya lanzó a finales del pasado año un soft release titulado ‘Amanecí’ que, sin ningún tipo de promoción, ni videoclip, ni nota de prensa, nada… al poco superó las cien mil escuchas.
Continuó con una nueva canción, ‘Mi Mala Suerte’, esta vez con clip estrenado en exclusiva en Mondo Sonoro y que Mai lanzó junto una exitosa campaña en redes en la que, justo en Martes 13, invitaba a la gente que transformara ese tradicional día de mal fario en todo lo contrario, en un día de suerte… Más allá de lo bonita que fue la campaña, su originalidad o, incluso, el que tuviera un alcance de más de dos millones de impactos en redes, lo que debemos preguntarnos es… ¿Qué artista de este país puede hacer coincidir en la misma acción al escritor Maxim Huerta y al DJ Blutaski? ¿A Pecker con David Otero? ¿Al clásico dibujante, creador de Makoki, Miguel Gallardo con la moderna ilustradora Lyona? ¿Al cantante de raíces Pitingo con la nueva promesa Alice Wonder? o… ¿A Chenoa y Carlos Sadness? ¿¡Quién!? Sólo Mai, sólo Nena Daconte… ¿Por? ¡Porque todos admiran su trabajo y quieren volver a disfrutar y emocionarse con sus canciones! Significativo…
Y es que Mai Meneses es una de las compositoras más reconocidas de nuestro país en los últimos años. Sus canciones son emoción pop, melodías bien elaboradas y letras que disparan al corazón de una manera única. Sabe conectar con todo tipo de público, tanto el más alternativo como el rematadamente comercial y ha logrado que sus temas gusten a millones de personas de diferente estilo y distinta generación. Algo que, por primera vez en nuestro país, lo logró aunar Nena Daconte, Pero el camino no fue fácil… Mai, ya en el 2005, fue una de las primeras artistas que montó su sello para autoeditar sus discos, al ver la negativa de todas las discográficas y oficinas que rechazaron unas canciones que, luego ‐las mismas‐ tuvieron un éxito que sobrepasó todas las expectativas, con decenas de números uno, grandes premios y giras inacabables. Tal vez, por esa autogestión, Nena Daconte siempre ha ido por libre, sin subirse al carro de las modas, con su propia y equidistante personalidad.
La propuesta diferente que lanzó aquella primera expulsada de las primeras ediciones de Operación Triunfo y a la que lo que le gustaba más era coquetear en lo musical con Radiohead o Elvis Costello, a la par que no dejaba de leer poetas de la Generación del 27 y todo el realismo mágico sudamericano. ¿Premisa? Hacer temas sencillos y bien producidos sin por ello renunciar a canciones pop de amplio espectro. Algo que se tradujo en que Nena Daconte, ya desde su primer disco, era capaz de tener fantásticas críticas en medios alternativos y, a la vez, ser varias semanas seguidas número uno en Los 40.
Un punto medio inexplorado hasta entonces ‐hace doce años‐ cuando los indies no ponían precisamente en un pedestal a los grupos radio fórmula. El inicio de la bendita confluencia de estilos, artistas y medios de comunicación, nació allí, en aquel momento. Y Nena Daconte, con este nuevo trabajo, reivindica esos orígenes. Conecta con la esencia de lo que fueron sus primeros discos, hilvanando un discurso melódico impecable junto unas letras que saben combinar a la perfección la melancolía del desastre emocional de un adolescente y toda la madurez que destila una mujer, como Mai, de cuarenta años, con dos niños, inquieta y emprendedora.
Ese punto medio sigue ahí, en este nuevo disco, apartado de toda moda y que, sencillamente, suena a… ¡Nena Daconte! Con letras tristes, demasiado poéticas para grandes aforos y canciones que suenan demasiado comerciales para la escena indie. ¡Dificil equilibrio! Vivir en tierra de nadie pero que reconozcan tu sonido desde la primer nota. Esa magia, esa suerte… es Nena Daconte.